Los estudios translinguísticos
(Müler & Brady,2001; Öney & Durgunuglu, 1997; Seymour, Aro y
Erskine,2003) nos revelan que el desarrollo de las habilidades lectoras se
produce de forma diferente en las distintas ortografías, estando influido el
sistema ortográfico y el ambiente lingüístico en el que se desarrolla el
lector. De esta forma, los sistemas ortográficos opacos y transparentes pueden
influir en la lectura desde sus primeros inicios hasta la lectura fluida; y por
ello, la dislexia puede estar influida
según los diferentes sistemas ortográficos.
En las ortografías transparentes, aquellas en las que la correspondencia
grafema-fonema son uno a uno; como por ejemplo, el finés, el griego, el
italiano y el español, supone una decodificación
más fácil que las opacas, aquellas
en las que un mismo fonema le corresponde varios grafemas y viceversa; como el inglés,
el francés, el danés, y el portugués. Mientras en la ortografía opaca los
indicadores más importantes serían las habilidades de descodificación y los
factores fonológicos. Además, la consecuencia de que la ortografía transparente
sea más fácil de alcanzar el grado de lectura experta que en una opaca se debe
a que los lectores principiantes disponen de recursos cognitivos más libres
para dedicarlos a la integración de textos y a la comprensión.
Los estudios sobre estos sistemas
escritos como el alemán, el fines, y el español apoyan que la dislexia es más
común en países donde tienen un sistema escrito más opaco que en aquellos en
los que es más transparente. El criterio de comparación del logro lector entre niños con
dislexia y niños normales en la ortografía opaca consiste en la precisión en la ejecución lectora; sin
embargo en las ortografías más transparentes este criterio es menos importante,
siendo más precisa la baja velocidad
lectora.
En nuestro país, el estudio de
Serrano & Defior examinaron las habilidades de conciencia fonológica de
niños disléxicos en un diseño de edad lectora equivalente, cuyos resultados
mostraron que los problemas de los niños disléxicos fueron más importantes
cuando se analizaba la velocidad de la tarea fonológica, en consonancia con
otros estudios en alemán y en italiano.
A pesar de estas diferencias, se
sigue defendiendo que las dificultades lectoras en dislexia son promovidas por un déficit
de procesamiento fonológico, independientemente del sistema ortográfico.
Tu entrada me genera una pregunta. Si como dices, la dislexia es un déficit de procesamiento fonológico, ¿porqué también existe la dislexia en China, cuyo sistema de escritura no es alfabético?
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